Los puntos gatillo se identifican por medio de la palpación,
en primer lugar superficial y posteriormente profunda. Se necesita para ello
cierta práctica, habilidad y un buen tacto.
1. Palpación
superficial: Se realiza en primer lugar para localizar el área sospechosa de
actividad de un punto gatillo.
2. Palpación profunda:
Al explorar profundamente la zona para encontrar el área del punto gatillo y la
banda tensa que lo engloba, se puede encontrar: hiperirritabilidad,
inmovilidad, sensibilidad dolorosa, edema, tensión, contractura muscular y
cambios fibróticos.
En
el momento de la punción se debe tener precaución con múltiples estructuras,
como pulmón, por lo que la formación específica para la punción es
imprescindible. Las posibles complicaciones si no se ha tenido una formación
específica son neumotórax, lesión nerviosa, síncope
vasovagal, mioedema, hemorragia y riesgo de infección del fisioterapeuta por
punción accidental con una aguja contaminada.
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